Mi primera crónica, como corredor y como componente del equipo C. D. Vallivana.
Me suena el despertador del móvil a las 6:00 con una gran canción, THUNDERSTRUCK de AC/DC. Luego me levanto con muchos nervios debido al gran día que me esperaba.
Tomo mi gran desayuno que está compuesto de fruta, yogourt, frutos secos y demás. Solo falta ponerme mi nueva ropa de carrera, la de mi nuevo club, preparado para salir de casa, pero antes mi última revisión a mi indumentaria y… ¡todo ok!
Llego a la Plaza del Cristo de La Laguna y el frio es brutal, al igual que el ambiente de la carrera. Todo está preparado para la salida de la K42 de Anaga Maratón, con el nombramiento de los grandes corredores y sus espectaculares marcas personales. Finalmente, música a todo volumen y comienza la cuenta atrás, sale la K42 a su hora establecida.
Empiezan los nervios aflorar, paso por el control de chip y me coloco casi a la mitad, lo mismo que a las nueve, cuenta atrás y… ¡A correr! Sale la K21. En principio comienzo tranquilo y dosificándome, pues se que como empiece fuerte en el Bronco el resto del camino sufriré. Llego con fatiga a los olivos del Rincón del Mago y como mientras bajo por ese camino “rompepiernas” lleno de barro y de corredores.
Ya en el cruce de Las Mercedes me anima un montón de gente que me conoce gritando ¡Animo Chago! Llegando al primer punto de avituallamiento voy algo sufrido pero ver al equipo de Las Mercedes y a Sanchís y demás me vuelvo a recomponer y a darle caña; vuelve el dichoso barro después de Zapata, pero viene la mejor parte: Las Yedras. Por este tramo voy con varios corredores y corredoras, algunos caminando y otros bajando el ritmo, intento aprovechar y subo el ritmo pero al poco tiempo el gemelo empieza a dar problemas.
Cuando llego a La Cruz del Carmen tengo pocas ganas de seguir debido a que empiezo a ver gente lesionada y retirándose, mi pensamiento negativo hace que me plantee la retirada, ya que no quería romperme el gemelo. Pero el compañerismo de los demás me ha continuar.
Bajando Jardina empieza otra vez el gemelo a dar problemas pero miro hacia atrás y veo a mi compañero Juanma del Vallivana, nos animamos mutuamente y seguimos adelante juntos. Más a delante en El Rincón del Mago me tomo mi gel “milagroso”. Quedan los últimos cuatro kilómetros pero sufridos. Y en esos malditos kilómetros nos animamos entre corredores y corredoras, mientras uno de ellos va gritando “¡Vamos Espartanos!”.
Ya llegando a meta los ánimos de los seguidores me hacen reír pero apretando diente. La gran ilusión me invade cuando paso por la meta, los compañeros y compañeras de equipo, los y las demás correderos/as hacen que ya no me acuerde de mis molestias.
Me quedo en meta con mi medalla en el cuello esperando a mi gran amigo Artamy y cuando llega nos abrazamos, carrera terminada y a La Cruz del Carmen a ver a mi amigo Clemente Casanova. La espera se hace larga pero apasionante, al poco tiempo de la hora estipulada en los entrenos en ese tramo, lo veo llegar y corro junto a él hasta e avituallamiento dándole ánimos. Más tarde voy a meta a verlo llegar pero llego tarde y lo veo por los alrededores, y lo abrazo y nos felicitamos.
Finalmente salimos juntos de La Plaza del Cristo, me doy la vuelta y digo sonriendo ¡Hasta el próximo año!
Chago. CD Vallivana.
